Las circunstancias hacen al ladrón, las circunstancias
nos hacen morales o inmorales
Hemos escuchado el refrán popular que
las circunstancias hacen al ladrón; yo lo entiendo que cuando, dejo algo
de valor a la vista de todos y lo descuido, alguien lo puede tomar y llevárselo
haciéndose un ladrón de un objeto ajeno, y si esta persona cree que todo lo que
este descuidado lo puede tomar, esto se torna en una conducta que luego será un
problema. Eso fue lo que observe en un recorrido por el centro de una ciudad,
donde una señora que viajaba en una moto con su hijo que, no más de siete años tendría
el menor, y que iba sin casco; al
detenernos en un semáforo en rojo, la señora sin más se pasó el semáforo en
rojo y el niño solo miraba para lado y lado. De primera mano juzgamos a la
señora como una madre inmoral, imprudente, pero no miramos sus circunstancias
ya que somos una sociedad hipócrita que solo juzgamos desde la norma y el
momento donde somos los más morales, pero cuando estamos cometiendo un acto
inadecuado lo justificamos.
Pero este no es el problema ético que quiero plantear, sino, que partamos de la cuestión ¿si las circunstancias nos hacen morales e inmorales? pero nunca amorales como dice Adela Cortina (pag. 143) y para ello veámoslo desde el análisis de las posiciones de un niño que crece en un ambiente donde se dan actos que para nosotros son inmorales, como el de la madre en la moto, un padre violento, y donde no es corregido en sus malas acciones; y un niño que crece en un ambiente de cariño donde es corregido, disciplinado y donde los padres intentan cumplir al máximo las normas. ¿Será que las circunstancias no forman la moral de los niños? Y una respuesta un poco justificadora es que los niños irán a la escuela y allí se les corregirá para que sea ciudadanos de bien que permitan formar lo que (Ignacio René Uribe López nos expresa en ÉTICA URBANA. LA CONSTRUCCIÓN DE UN ÊTHOS1 CIUDADANO). Un Êthos urbano, que no sean uno más de las masas o en pocas palabras un mal social. O ¿es responsabilidad de la familia como primera célula de la sociedad la formación moral y ética de sus individuos?
Pero este no es el problema ético que quiero plantear, sino, que partamos de la cuestión ¿si las circunstancias nos hacen morales e inmorales? pero nunca amorales como dice Adela Cortina (pag. 143) y para ello veámoslo desde el análisis de las posiciones de un niño que crece en un ambiente donde se dan actos que para nosotros son inmorales, como el de la madre en la moto, un padre violento, y donde no es corregido en sus malas acciones; y un niño que crece en un ambiente de cariño donde es corregido, disciplinado y donde los padres intentan cumplir al máximo las normas. ¿Será que las circunstancias no forman la moral de los niños? Y una respuesta un poco justificadora es que los niños irán a la escuela y allí se les corregirá para que sea ciudadanos de bien que permitan formar lo que (Ignacio René Uribe López nos expresa en ÉTICA URBANA. LA CONSTRUCCIÓN DE UN ÊTHOS1 CIUDADANO). Un Êthos urbano, que no sean uno más de las masas o en pocas palabras un mal social. O ¿es responsabilidad de la familia como primera célula de la sociedad la formación moral y ética de sus individuos?
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